Yacimiento Arqueológico Cerro de los Viejos
El yacimiento arqueológico Cerro de los Viejos se encuentra ubicado en el Departamento Caleu Caleu, al Sudeste de la provincia de La Pampa. Emplazado sobre un afloramiento del basamento formado por granitos, alcanza los 216 m.s.n.m., siendo la elevación de mayor altura en los alrededores. Está situado fito-geográficamente en la Provincia del Monte o Espinal, área que se caracteriza por la escasez de agua, clima templado cálido y suelo arenoso y pedregoso. El sitio contiene una serie de estructuras destinadas a la contención del agua. A través de la disposición de seis represas sobre el basamento de granito, los aborígenes conformaron un espejo de agua de gran magnitud que les permitió contar con este recurso crítico en la travesía de los arreos de ganado hacia Chile.
Se trata de un yacimiento de gran valor histórico que no encuentra paralelos en nuestra provincia. El diseño, ejecución y mantenimiento de esta obra hidráulica requirió de una gran capacidad de organizar el trabajo colectivo, lo cual nos lleva a pensar en una sociedad con un alto grado de panificación y control de las actividades relacionadas con la obtención y mantenimiento de los recursos económicos.
Fue localizado por Ernesto Piana y Patricia Mancini en 1973. El primer relevamiento se realizó en 1979, bajo la dirección de Ernesto Piana. Su trabajo de campo aportó la mayor parte de los datos que actualmente se conocen sobre el yacimiento, que fueron publicados en 1982 en “Toponimia y Arqueología del siglo XIX en La Pampa”. En este texto se hace referencia a dos tipos de evidencias halladas en Cerro de los Viejos: muebles e inmuebles. Entre las primeras se cuentan 121 lascas, 1 lámina, 6 núcleos, 2 percutores, 2 raederas, 12 raspadores, puntas de proyectil triangulares, 1 mortero, 1 yunque de granito, 1 fragmento de bola arrojadiza, 16 tiestos de cerámica, huesos quemados, cáscaras de huevo y vainas de carabina Vetterly, todas ellas procedentes de recolecciones superficiales. Entre las segundas se computan morteros socavados en la roca y seis represas destinadas a la contención de agua de lluvia. Todas las represas están construidas siguiendo la misma técnica: dos paredes de piedras superpuestas unidas entre sí por tierra apisonada, y conforman en su conjunto un sistema hidráulico capaz de contener miles de litros de agua.
El siguiente relevamiento lo realiza Alicia Tapia en el año 1996, quien presenta un informe del deterioro de las represas proponiendo un plan de protección, conservación y uso social de sitio que finalmente no se concreta. Actualmente el deterioro del sitio ha avanzado, siendo el crecimiento de la vegetación el factor que más afecta la solidez de las estructuras de piedra. El sitio es conocido por los pobladores de Cuchillo có y visitado por delegaciones de estudiantes universitarios y turistas.