Siempre hay tiempo

“No hay palabras para agradecer la bienvenida que me dieron”…. dice Adda Pérez quien a sus 79 años se encuentra cursando el nivel secundario en la Escuela para Adultos Nº 6 de Santa Rosa y es una más de los cuatro mil pampeanos que transitan las aulas de la modalidad de Educación Permanente de Jóvenes y Adultos en La Pampa.

Desde el año pasado, el Ministerio de Educación de La Pampa comenzó a organizar las instituciones de la Modalidad en Unidades Pedagógicas, contando actualmente con 17 de ellas en toda la provincia y sus respectivas extensiones áulicas. De esta forma, se establece la obligatoriedad para cada uno de los niveles atendiendo las características estructurales y pedagógicas de cada uno, y se garantiza la alfabetización y la educación permanente para jóvenes y adultos.

Adda nos contó que se jubiló como portera en la misma institución donde actualmente funciona la Escuela para Adultos N° 6 y que siempre tuvo el deseo de terminar los estudios, aunque la crianza de sus hijos sumado a que en ese entonces la escuela secundaria nocturna quedaba en el centro y terminaba muy tarde, nunca pudo finalizarlos. Pero un día se enteró a través de una ex compañera de trabajo, que a una cuadra de su casa tenía la posibilidad de finalizar aquello que siempre había querido. Se dijo a si misma que esa nueva oportunidad que le daba la vida no la podía desperdiciar. “Sin pensarlo mucho comenté en mi casa a mis hijos y así fue como ingrese a la secundaria. Estoy muy contenta”.

Ana González, una de las docentes de Adda, destacó la responsabilidad que alumnos y alumnas como Adda asumen en el trabajo áulico. “Las personas como ella son nuestros guías en el aula. Las personas adultas son las que se acuerdan lo que trabajamos la clase pasada, y traen los trabajos hechos. Una se lleva una satisfacción tan enorme como docente”.

Por otra parte, resaltó la constancia y la felicidad de sus alumnos para encarar las distintas tareas propuestas. “Ponerse a hacer algo y tener la capacidad de poder seguir aunque le cueste, aunque no entienda, tratar de volver a pensar. Esa paciencia que ellos demuestran para poder aprender lo que les resulta más complejo, estar felices con lo que están haciendo es lo que más los motiva para lograr los objetivos que se han propuesto”.

La docente destacó la política educativa implementada por el Ministerio de Educación provincial en relación a contar con la escuela en el barrio, fortaleciendo aspectos distintivos de la Modalidad referidos a la educación permanente, a una estructura curricular modular flexible, al desarrollo de capacidades y a la inclusión de todos/as los/as habitantes. En la Escuela Nº 6 de Santa Rosa, todos los días se inscriben más alumnos, llegando actualmente a los cuatrocientos.

En cuanto a la adaptación de ellos a la escuela después de tantos años, explicó que “el principal miedo que tienen es si van a poder, porque hace mucho tiempo que han dejado de estudiar entonces es como que creen que han perdido la capacidad de volverse a incorporar al sistema educativo. Pero no es así, tiene todo el apoyo. Dos tres clases y ya están totalmente adaptados, se enganchan y trabajan en grupo” y agregó que se hace hincapié en los valores, en el respeto, “principalmente de los mas jóvenes que por ahí vienen de un secundario común que es otra la convivencia”.

Adda la escuchó atentamente y sonrió como cada vez que llega a clase. Después de criar a sus cinco hijos, disfrutar de cinco nietos y catorce bisnietos, se siente muy contenta con esta nueva etapa en su vida.

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