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Una apuesta por aprender

  • Jueves, 18 Octubre 2018

Él decidió apostar a la educación. Está privado de su libertad, pero esto no le impide cursar sus estudios secundarios. El Ministerio de Educación de La Pampa, a través de la Dirección de Educación Permanente de Jóvenes y Adultos, garantiza el acceso a la educación a las personas privadas de su libertad.

“En la calle había llegado a hacer hasta primer año. Adentro del penal continué el Ciclo Básico. Cuando me dieron el beneficio del arresto domiciliario, empecé a cursar el Ciclo Orientado, con la modalidad a distancia”, contó. José Luis Zabala es el tutor encargado de acercarse hasta la casa y acompañar el trayecto formativo del estudiante.

Las nuevas tecnologías permiten que las personas en condición de arresto domiciliario puedan acceder con mayor facilidad a los contenidos curriculares. “Por medio de internet busco los módulos, los bajo y los estudio. José es mi tutor y me da una mano, me explica lo que no entiendo. Después hago los trabajos prácticos integradores, los imprimo y cuando están listos se los doy a José. Él los lleva, los corrige y después me trae la evaluación, la hago en presencia de él y ahí apruebo la materia”, explicó el estudiante.

La modalidad de Educación en Contextos de Privación de la Libertad llega a los domicilios de los arrestos con la propuesta de Secundario a Distancia de Adultos. Es un sistema que se organiza en módulos de estudio, los cuáles deben ser completados por el estudiante en forma digital. A este estudiante sólo le quedan por aprobar 6, de las 13 materias del Ciclo Orientado para obtener su título Secundario. “Me gusta mucho la matemática, fue la primera materia que hice de todas”, expresó el joven.

Ser docente en contextos diferentes implica desafíos en cuanto a la organización de clases fuera del espacio áulico tradicional. José Luis sostuvo que “al que le gusta la docencia es lo mismo enseñar en cualquier contexto. Es muy gratificante ver los logros de las personas que tratan de mejorar”.

El estudiante destacó la importancia de terminar sus estudios secundarios, ya que “cuando vas a pedir trabajo lo primero que te preguntan es por el secundario. Además, al cuidar a mi mamá que tiene demencia senil también me ayuda a despejarme un poco. No estoy tan pendiente de la enfermedad de ella que me ocupa mucho tiempo”.

En libertad, el joven se dedicaba a la construcción y a trabajos de pintura. Él reconoce que para realizar estos oficios no es obligatorio tener el secundario completo, sin embargo sabe que terminar sus estudios le permitirá aspirar o pensar en otros trabajos futuros.

El tutor aseguró que se pueden notar diferencias o cambios en las personas entre los primeros meses y las últimas etapas de estudio. “Se ve en lo personal, en la manera de pensar de cada estudiante. Me ha pasado en el contexto domiciliario y en el penal. También entre el ciclo básico y el orientado, se notan cambios. Hay alumnos que ya están cursando carreras universitarias y es realmente muy reconfortante”, finalizó José Luis.

El único derecho del que están privados durante sus condenas, es el de la libertad. En esta situación, el Estado es quien debe garantizar el acceso y ejercicio de todos los demás, al promover una formación integral y un desarrollo pleno de las personas privadas de su libertad.

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