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Abrir las puertas de la educación

  • Lunes, 03 Septiembre 2018

El colegio secundario Paulo Freire de Santa Rosa cuenta con un jardín de infantes y tres maestras jardineras a cargo, al cual asisten hijos e hijas de madres que cursan sus estudios en dicha institución educativa. El colegio nace en 2002 como proyecto de terminalidad educativa. El Ministerio de Educación de La Pampa, a través del área de Políticas del Cuidado, Educación Sexual Integral y Educación Vial, comenzó a pensar estrategias de acompañamiento a los y las jóvenes.

Dicha área posibilita una mirada integral del abordaje de las temáticas vinculadas al cuidado de la vida, a la Educación Sexual Integral (ESI), las Prácticas de Ciudadanía y la Educación Vial. Tiene como fin instrumentar estrategias de acompañamiento a las instituciones educativas y habilitar espacios para que los derechos esenciales del cuidado del otro y de sí mismo formen parte de la enseñanza.

El embarazo y la maternidad son dos aspectos en los que profundiza y se ocupa el área. “Entre las dificultades más frecuentes por parte de las alumnas, estaba el tema de la maternidad. Veíamos que muchas chicas dejaban de ir a la escuela por el hecho de tener que cuidar y criar a sus hijos. Entonces, desde el principio, el establecimiento nació con una maestra jardinera que se encargaba de cuidar a los hijos de las chicas cuando ellas venían a estudiar”, indicó Alejandro Nicoletti, director de la institución educativa.

A través de los talleres de Educación Sexual Integral y de los talleres para madres, así como también de charlas y diálogos, las estudiantes van creciendo no sólo en lo que tiene que ver con lo pedagógico sino también en lo personal. Al colegio asisten alrededor de 25 mamás y al jardín más de 30 niños y niñas. Karen Maldonado fue madre de una niña a sus 14 años. En ese momento, asistía a un secundario y cuando se enteró de la existencia del Paulo Freire pidió el cambio, ya que la propuesta le resultaba más acorde y adecuada a sus necesidades.

“Ahora estoy en quinto, puedo traer a mi nena, ella está en el jardín y cualquier cosa me llaman. La verdad es que está buenísimo, podés pasar de año e ir rindiendo las materias del año anterior. Cuando no entendés algo, los profesores y las preceptoras te ayudan mucho”, relató Karen.

Micaela Ferretjans Revelli fue mamá por primera vez a los 16 años y nos contó que la particularidad que le ofreció el colegio Paulo Freire fue la posibilidad de avanzar en sus estudios y rendir las materias de años anteriores mientras cursaba. “Podés venir con los chicos porque tenés el jardín, las tres profesoras del jardín son excelentes, los profesores, los preceptores y el director te ayudan mucho en todo, ya sea en la vida personal como en el estudio. Es más práctico porque los chicos se quedan en el jardín y vos estás en el aula”, destacó Micaela. Al ser consultada por sus sueños y cómo se imagina en un futuro, aseguró que quiere ser Profesora de Biología.

Experiencias como las del colegio Paulo Freire ofrecen nuevas posibilidades y oportunidades para jóvenes embarazadas y madres. La institución permite que el vínculo entre las estudiantes y sus hijos e hijas se siga construyendo mientras están aprendiendo. Se abren las puertas de la educación para que ellas puedan terminar sus estudios y pensar en un futuro mejor.

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