Uso Pedagógico
Pero ¿cómo se dibuja este nuevo escenario para los docentes? El aprendizaje móvil presenta un enorme potencial educativo porque permite capitalizar la presencia de dispositivos móviles a nivel masivo. Las investigaciones de consumos culturales indican que estos dispositivos son los más utilizados y elegidos por los chicos por su portabilidad y diversidad de funciones.
Sin embargo, no se trata simplemente de la incorporación de un dispositivo, sino también de aproximarnos con un enfoque pedagógico, que apuntale/justifique/enmarque la utilización de los celulares en el aula con fines pedagógicos. Es ya sabido que la tecnología móvil puede realizar aportes a la mejora de la calidad de la tarea educativa. Su ubicuidad habilita, por ejemplo, el aprendizaje en cualquier momento y lugar, la interrelación entre contextos formales e informales de aprendizaje a través de las apps y la gamificación.
Este proceso paulatino, viene a modificar lo que antes hemos aprendido, incluso en nuestra propia formación como docentes. Porque ya no se trata de transmitir información, sino de darle sentido a esa información, aportarle valor añadido. Facilitar el significado y ayudar a los alumnos a explorar, establecer relaciones de saber a través de los dispositivos. El aprendizaje ya no se centra en el alumnado, en un espacio y tiempo determinado, sino que se vuelve transversal.
El móvil en el aula es un tema sobre el que los docentes tenemos algo para decir y para hacer: podemos reflexionar, experimentar, indagar, arriesgar, crear nuevas e innovadoras prácticas, incluso problematizar.
Entonces, parte del desafío será acompañar a nuestros estudiantes en la adquisición de las competencias necesarias del siglo XXI.