Presentación

El Plan Provincial de Lectura y Escritura tiene como propósitos:

  • Fortalecer las competencias lectoras, facilitando el acercamiento a la literatura como manifestación cultural a la que los alumnos tienen derecho a acceder para conocer y recrear.
  • Colaborar con la tarea que los docentes realizan en el aula con sus alumnos, sugiriendo posibles recorridos de trabajo, acompañando modos de ensayar y explorar con la palabra el complejo campo de la escritura.
  • Facilitar la reflexión sobre los modos de intervención en relación con la lectura y la escritura en la escuela.

Fundamentación

Leer literatura, acercarse a la literatura; construir interpretaciones junto con otros lectores; enriquecer la propia mirada dialogando sobre lo leído; explorar los textos abriendo el mundo de imágenes que sugieren; desplegar asociaciones y comparaciones con otros textos, con otras situaciones no necesariamente ficcionales, son tareas del lector que la escuela puede y debe provocar para que sucedan. Hablar de libros, debatirlos; expresar las emociones que nos suscitan; escuchar; contrastar los diferentes gustos y apreciaciones; compartir la lectura en voz alta perdiéndonos en la fantasía de lo posible, son experiencias que todo alumno tiene derecho a vivenciar; es entonces, en palabras de Graciela Montes, la escuela: la provocadora de esa gran ocasión.

Un grupo de chicos leyendo, jóvenes intercambiando apreciaciones acerca de lecturas con la pasión propia de la edad, adultos discutiendo acerca de la verosimilitud de una historia real o de ficción son las escenas vitales y enriquecedoras, inclusivas y potentes que buscamos encontrar en cada una de las instituciones.

La participación de los alumnos durante toda su escolaridad en escenas de lectura y escritura, asiduas y sostenidas, en las que a veces les leen y en otras leen con otros o en soledad, resultan estratégicamente indispensables para acercarlos a la cultura escrita, y especialmente a la literatura. Por ello, es importante la presencia de un adulto lector que les brinde escenarios y momentos placenteros en los que el libro y la voz sean vehículos para construir mundos posibles e imaginarios, y también coadyuven en el desarrollo de la lengua escrita.

En el acto de escuchar, leer a otro y de leer por sí mismo, el alumno concurre a un encuentro, una comunicación y un descubrir posibilidades de entrar en mundos interiores habitados por personajes y situaciones cercanos y a la vez lejanos; propios y ajenos. Por ello, el acto de contar o leer un cuento es un abrazo afectuoso de la literatura hacia los niños y jóvenes, un puente que tiende la escuela.

La escritura supone una lectura previa, implica tanto las instancias de lectura propiamente dicha, como los procesos de redacción, los momentos de revisión y reescritura posteriores.

Por esto, conformar con los alumnos una sociedad de lectura y escritura que tenga al aula como punto de partida: espacios para compartir lecturas y escrituras significativas.